¿Qué es un Aceite esencial?
En general, es importante corregir un error muy común en el mundo de la aromaterapia, que consiste en creer que las plantas contienen aceites esenciales. Lo que en realidad contienen las plantas en sus diversas partes (tallo, raíz, hoja, etc.), son unas estructuras glandulares donde almacenan esencias, que previamente sintetizan como resultado de su metabolismo secundario.
Solo el 10% de las aproximadamente 800.000 especies vegetales existentes son capaces de sintetizar estas esencias en cantidades significativas. El motivo por el que estas plantas sintetizan esencias no está nada claro. Podría ser como reservas energéticas, para protegerse de enfermedades o atraer insectos que favorezcan la polinización. Pero como hemos dicho, no se conoce con exactitud la razón por la cual las plantas producen esencias. Estas esencias son sustancias muy complejas y pueden contener decenas de moléculas con distintas propiedades (la Rosa damascena contiene más de 300).
Por lo tanto, un aceite esencial es el producto resultante de la destilación de las plantas.
La extracción.
En el caso de la cáscara de los cítricos (limón, mandarina, pomelo, etc.) que contienen grandes cantidades de esencia, el método de extracción utilizado es la presión o expresión. En este método no interviene ni el calor ni el vapor de agua, por lo que el producto obtenido no sufre ninguna transformación. Podemos hablar en este caso de auténtica esencia.
Sin embargo, tal y como observamos en la definición de la Farmacopea Europea, consideran aceites esenciales también a las esencias de la cáscara de los cítricos, obtenidas «por un procedimiento mecánico apropiado sin calentamiento», es decir, no mediante la destilación. Además, la mayoría de los laboratorios más prestigiosos del mundo definen a las esencias de cítricos en sus productos como aceites esenciales, según ellos para no confundir al consumidor final. También el prestigioso químico e investigador, Dr. Robert Pappas, considera las esencias de cítricos como aceites esenciales.
Con todo esto, existe cierta controversia en este tema. Nosotros, al resultado de la expresión de la cáscara de los cítricos les llamamos “esencias”. Puntualizaremos aquí que las cáscaras de los cítricos también se pueden destilar, aunque la calidad del producto resultante es muy inferior al obtenido mediante la expresión. Si destilamos las cáscaras de los cítricos al producto resultante sí le denominaremos aceite esencial.
Otro método es el denominado extracción por corriente de CO2 supercrítico. Este método consiste en la utilización de anhídrido carbónico (CO2), a baja temperatura pero a muy alta presión, para extraer las esencias de las plantas. El resultado es más parecido a la esencia original de la planta que el obtenido por la destilación. A pesar de ello, este método se utiliza en contadas ocasiones por resultar todavía muy costoso.
También se utiliza la extracción con disolventes químicos como el hexano y el benceno para obtener concretos. Añadiendo alcohol a los concretos, se obtienen los denominados absolutos. Estas sustancias se usan principalmente para perfumería y en psicoaromaterapia. El más conocido es el absoluto de jazmín. Estas técnicas se utilizan cuando es imposible extraer las esencias por otro método. Esto ocurre principalmente con la mayoría de las flores, debido a que no resisten el proceso de destilación.
Otro proceso muy utilizado es la maceración. Consiste en poner la masa vegetal (generalmente flores) en contacto con un aceite vegetal. Se envasa la mezcla, se deja macerar durante aproximadamente un mes, protegida de la luz y después se filtra (exceptuando el hipérico, que se macera tradicionalmente en aceite de oliva durante 40 días y 40 noches exponiéndolo al sol y la luna ). Los más conocidos son los aceites macerados de árnica (Arnica montana), hipérico (Hypericum perforatum) y caléndula (Calendula officinalis).
Aceites esenciales y aceites vegetales.
Los aceites vegetales se extraen por la expresión de frutos o semillas oleaginosas o del pericardio (este último es el caso del aceite de oliva). Su composición se basa en ácidos grasos. Para su uso en aromaterapia es necesario que sean aceites vírgenes de primera presión en frío y procedentes de cultivos ecológicos. En un próximo artículo hablaremos de ellos.